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Por Jorgelina Parodi.

«El hombre solo juega cuando es libre en el pleno sentido de la palabra, y solo es plenamente hombre cuando juega».

Estas palabras de Friedrich von Schiller (Cartas sobre la educación estética del hombre, 1795), me resultan muy potentes porque hablan de juego y libertad, y hacen ver que el juego es cosa de todos los hombres. Algunos autores indican que el juego es una necesidad biológica, otros una construcción cultural, hay evidencia incluso que el juego es anterior al hombre, en estudios del juego de los animales. Lo que está claro, es que a los humanos nos acompaña durante toda la vida, y sería fabuloso reavivar la actitud lúdica que hay dentro de cada uno de nosotros, para que esos comportamientos innatos en el juego nos ayuden a transitar momentos de tanta incertidumbre como los que estamos viviendo, que cada vez se hacen más vertiginosos, elevando este mundo VUCA a la n.

En el juego somos libres, vivimos la alegría, felicidad, la imaginación en todo su esplendor… creamos escenarios, reglas, límites, personajes que nos permiten desplegar la creatividad, mostrar nuestra esencia más pura, desarrollar nuestras habilidades sociales, permitirnos equivocarnos y probar cuantas veces queramos. En el juego vivimos la incertidumbre como una puerta a la exploración.

«No conozco otra forma de tratar las cosas importantes, que con el juego» (Frederich Nietzche).

Reconectándonos con la actitud lúdica, podemos disminuir nuestra aversión a la incertidumbre, y que este contexto nos empuje a la innovación, a buscar otras formas de relacionarnos más saludables, más amorosas, más amigables entre las personas y con el medio ambiente. Todo esto nos va a llevar a ser más productivos, favorecidos por un clima de bienestar.

 

En el siguiente link les comparto el video con el webinar donde pueden verlo completo: https://www.youtube.com/watch?v=aVQgYVUe-BQ

 

Deseo que los inspire a reconectar con su actitud lúdica, y que entre todos podamos crear una nueva realidad enfocada en el bienestar y en la felicidad de las organizaciones y de todos los entornos con los que nos relacionamos.

Gracias por la lectura, que tengas un feliz día,

Jorgelina 🙂

 

 

 

 

Por Miquel Alcañiz Tarazaga.

Cuando he explicado en algún curso o conferencia las implicaciones que tiene el mundo VUCA en nuestra sociedad, en todos sus ámbitos (económico, social, individual, etc.), he destacado la velocidad y la rapidez con la que los cambios llegan y se instalan en nuestro día a día. No se trata de cambios someros, que afectan a una parcela pequeña de actividad, sino que normalmente desplazan y anulan otras herramientas vàlidas y globales que existían. Son cambios drásticos. Y es muy difícil de prever cuáles de esos cambios son los que triunfarán, qué efectos tendrán, y qué nuevo escenario surgirá con su llegada. Son cambios impredecibles.

Todos estos cambios se hallan ligados a dos factores. El primero es la revolución tecnológica que de la mano de la Inteligencia Artificial y de la Robótica está transformando todos los paradigmas asentados durante los últimos 50 años. Y el segundo es la globalización, que se traduce en que cualquier novedad acaba afectando a todos los países, a todos los sectores, incluso a los especialmente estratégicos.

Este Covid19 que tanto daño nos está haciendo ha sido rápido, drástico e impredecible. Ha superado cualquier expectativa, no sólo de la población, sino también de los expertos. Aunque su origen no proviene de la tecnología sí que ha encontrado en la hiperconexión que existe entre las poblaciones de nuestro planeta su campo de cultivo.

Y nos está noqueando. En sólo tres meses ha puesto a todas las economías mundiales contra las cuerdas. No se ha visto ni en la última crisis mundial de hace 12 años una respuesta tan contundente por parte de los estados y de los bancos centrales y del FMI. Muchos mandatarios han utilizado la imagen «Estamos en Guerra», para transmitir la gravedad de la situación.

Las noticias diarias abundan sobre la crisis sanitaria, sobre la respuesta que se está dando y sobre la parte más dolorosa que es la pérdida de vidas humanas. Y sobre los interrogantes que todavía existen sobre el medio plazo. Y es en ese escenario de incerteza y complejidad que voy a situar mi reflexión.

En Banca donde he desarrollado mi actividad durante muchos años, se comparaba la falta de solvencia en una Entidad a una enfermedad mortal de evolución lenta. En cambio, aunque la Entidad fuera solvente, la falta de liquidez se comparaba a un infarto. La quiebra era inmediata.

Por ese motivo, las soluciones más inmediatas que se han puesto en manos de las empresas y los emprendedores es dotar de liquidez al mercado. La mayoría de las empresas han sufrido que sus ventas han pasado de 100 a 0 en breves días. Y los gastos fijos siguen existiendo. La liquidez actúa como un respirador. Permite a las empresas seguir vivas, pero todos sabemos que sólo nos va a permitir ganar tiempo. Serán necesarias más iniciativas para superar esta enfermedad.

¿En qué escenario nos encontraremos después del verano? ¿Habremos recuperado niveles de actividad que se acerquen a los que existían a finales de 2019? O la movilidad todavía será gradual e insuficiente para generar los niveles de actividad que nos permitan lograr el punto muerto (umbral de rentabilidad 0).

Estas semanas nos brindan la oportunidad de tener tiempo para pensar. Pero también es cierto que no estamos acostumbrados a trabajar con realidades tan inciertas. Este “tiempo muerto” nos debe permitir diseñar las estrategias necesarias para nuestro retorno a la actividad.

Pero ¿qué estrategias?, ¿para qué entorno? ¿qué situación será con la que nos encontremos? Durante todo el siglo XX los planes estratégicos de las empresas trabajaban con el/los escenarios probables. La planificación futura acababa siendo hija de una extrapolación de los dos o tres último ejercicios y de un probable entorno futuro. Esa forma de planificar ahora es inviable. Ahora debemos trabajar con todos los escenarios posibles. No se trata de definir un escenario probable y otro escenario de contingencia, porque será muy fácil quedarnos en fuera de juego. La realidad que nos encontraremos es impredecible.

Es cierto que existen actividades que están ligadas al consumo más habitual, y que en el momento que el confinamiento se vaya reduciendo recuperarán gradualmente el nivel de ventas. Pero todas aquellas actividades B2B con un proceso de maduración de las ventas más largo, o más lento, se pueden ver seriamente comprometidas.Y aquí hace falta incorporar la creatividad e innovar. Y no estoy hablando de procesos de creación de nuevos productos y servicios. Sencillamente debemos cambiar el lugar desde donde observamos nuestra realidad.

Nannyfy es una app que ofrecía servicios de canguros y refuerzos a domicilio. La salida normal hubiera sido cerrar la persiana. Con los padres y niños juntos, ¿quién necesita un canguro? Ahora están ofreciendo canguros por videollamada que juegan con los pequeños, y además imparten clases de yoga, guitarra o matemáticas. Ha facturado en un mes lo mismo que todo el año pasado.

Debemos plantearnos esta crisis como una oportunidad. Se ha hablado mucho en los medios de teletrabajo, pero lo cierto es que ni algunas empresas ni muchas personas estaban preparadas para este cambio. No sólo requiere que la tecnología y la conectividad sean potentes, sino requiere un cambio de mindset por parte de todos. Liderar en la distancia es diferente, y de momento, más complejo que liderar en presencial. Y reconvertirte de comercial en teleoperador tampoco es un terreno llano.

Debemos cambiar nuestra mirada, y otear todas aquellas posibilidades, incluso las más remotas o ridículas, para intuir si nos pueden aportar alguna solución. Y esto no es posible hacerlo sólos, como empresario o como directivo. Necesitáis de la aportación de vuestros equipos, y que éstos se involucren en la corresponsabilidad de sentir que es un proyecto compartido. Hacen falta lluvias de ideas, pero también la implicación en la implementación de las soluciones. Y no es fácil, no lo es. Es necesario cambiar la forma en la que lideramos nuestros equipos. Y esto ya será materia de otro artículo.

Debemos recrear nuestra realidad para evitar que este parón se convierta en una recesión de la que tardemos años en salir. Y es tarea de todos. George López, cómico americano, dijo “Cuando las cosas están mal, es el mejor momento para reinventarse”. Realmente es así. Y no es una posibilidad. Se trata de una necesidad a la que debemos dar respuesta.

¿Cómo gestionaremos emocionalmente a nuestros equipos para reincorporarlos a la ocupación plena sin exceso de ansiedad o por el contrario, con desconexión del momento crítico de la empresa?

Desde Itaca EIQ te ayudamos a liderar ese cambio, a cambiar el mindset para ver oportunidades en el entorno actual, para conseguir crear Equipos de Alto Rendimiento, que sepan superar esta crisis global que nos está afectando. Contacta con nosotros, co-crearemos la solución a medida para tu empresa.

Por Jorgelina Parodi.

El JUEGO es una actividad universal, que está en todos los seres. El juego es más viejo que la cultura, los animales juegan sin la necesidad de que el hombre les haya enseñado a hacerlo. Todos jugamos, a toda edad, en todos los rincones del mundo, de muchas maneras diferentes… ¡Es esencial para nuestra vida!

Cada 28 de mayo desde 1987, gracias a la iniciativa de la Asociación Internacional de Ludotecas (ITLA), se conmemora el Día Internacional del Juego con el objetivo de recordar que el JUEGO ES UN DERECHO. Así lo expresa el Art. 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño: «el derecho del niño al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultura y en las artes».

Y gracias a que es un derecho, porque es fundamental para nuestra vida, que TODOS tenemos la posibilidad de jugar. Porque el juego es un estado, que nos da la posibilidad de elegir con qué prisma queremos abordar la vida. Un estado lúdico nos permite imaginar un escenario, sumergirnos en historias y fantasías, nos permite ser creativos, probar, ensayar, equivocarnos y volver a intentar. Cuando jugamos somos espontáneos, a través del juego manifestamos y expresamos nuestras emociones… El juego nos divierte, y por sobre todo es uno de los motores de aprendizaje más potentes, gracias a su posibilidad de inmersión dentro de un contexto que nos entretiene.

El juego despierta nuestra creatividad, dado que no existen riesgos reales nos da mayor libertad para desempeñarnos, para animarnos a generar posibilidades, para probar múltiples variables, para desarrollar la comunicación, la negociación, el pensamiento crítico, la toma de decisiones, los límites, forjar la autoestima, ayuda a desarrollar nuestras habilidades sociales, la empatía… La neurociencia indica que nada estimula el cerebro como jugar… Si además jugamos con el cuerpo, ponemos todos nuestros sentidos a disposición de un aprendizaje aún más enriquecedor.

Y como el juego no se explica, se juega… ¿A QUÉ VAS A JUGAR TÚ HOY?

¿Cuál es aquel juego que tanto te gustaba jugar, tal vez en tu infancia, o tal vez de adulto, que dejaste un poco olvidado…? ¡Hoy es un buen día para traerlo de nuevo! Te animo a ello, a ver la calle como un gran escenario, un gran tablero de juego, donde puedas convertir cualquiera de tus actividades cotidianas, en un juego. E involucra a otras personas, ¡el mundo necesita que juguemos más!

Al final de la jornada, te invito a una pequeña observación: siente la sonrisa de tu rostro. Y recuerda que esa es la alegría que contagiaste a otras personas.

Que tengas un Feliz Día de Juego.

Jorgelina