Por Jorgelina Parodi.

 

Link a la grabación del webinarhttps://www.youtube.com/watch?v=_vp353chB-k

 

En el marco de una generosa propuesta de webinars, organizada por la Licenciatura en Actividades Físicas y Deportivas (Facultad de Medicina, Universidad del Salvador, Buenos Aires), fui invitada a dar un taller, cuyo enfoque fue la necesidad imperiosa de desarrollar nuestra inteligencia emocional (IE). 

El concepto de alfabetización tiene la intención de asociar este proceso de enseñanza-aprendizaje de IE, con el ámbito educativo. Si bien el taller está dirigido en primera medida, a todo aquel vinculado directamente a este ámbito; desarrollar la IE y las habilidades sociales, son necesidades que nos atraviesan a todos y que debemos atender.

«Educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto».

Viene al caso la aclaración, que comienzo la presentación introduciendo de una manera muy simple y breve las Neurociencias para dar un marco teórico que considero necesario, y mostrar qué nos dice la ciencia acerca la relación entre el cerebro y las emociones, especialmente del sistema límbico donde se regulan… Y por supuesto, darle todo el protagonismo a ellas, nuestras estrellas de hoy. ¿Qué información me traen las emociones? ¿Para qué están? ¿Cómo se llaman? ¿Dónde las siento? ¡¿Cómo las regulo para que no haya un secuestro límbico?! ¿De qué manera las aprovecho para impulsar mis proyectos? Estas y más preguntas fuimos aclarando.

Vimos también la importancia de desarrollar la inteligencia emocional para poder relacionarnos satisfactoriamente con todos nuestros entornos. Desarrollando la capacidad de la empatía, podemos ser creadores de un mundo más amoroso y más justo, mirando más allá de nuestro propio beneficio; jugando con y no contra el otro, nos vamos a beneficiar todos. Y esto también nos lo evidencia la ciencia.

Empatía que viene de la mano de la asertividad, esa capacidad de manifestar las necesidades a través de una petición sin juicios. Claro, que para esto es imprescindible desarrollar la autoconciencia, saber identificar las emociones y trabajarlas a tal punto de poder discernir qué necesidad se esconde detrás de eso que estamos sintiendo.

Por último, contextualizados en el Mundo VUCA, conversamos acerca de las competencias que, tanto alumnos en formación como  facilitadores de aprendizaje, debemos desarrollar para ser líderes activos de este cambio de paradigma educativo. Cambios que necesitan a toda la comunidad educativa unida, buscando soluciones para crear una nueva escuela que dé respuesta a las demandas de las nuevas generaciones y del futuro del trabajo.

Esta pandemia nos posiciona frente a la pregunta: ¿en qué sociedad queremos vivir?. Personalmente, elijo considerar estos tiempos como una gran oportunidad para rediseñar la Educación, que bien sabemos, forma los cimientos de esa sociedad que anhelamos.

Deseo que disfruten el video, y que encuentren información de utilidad.

¡Gracias por curiosear en este tema!

Feliz día, Jorgelina 🙂

 

Link a la grabación del webinarhttps://www.youtube.com/watch?v=_vp353chB-k

Por Jorgelina Parodi.

El JUEGO es una actividad universal, que está en todos los seres. El juego es más viejo que la cultura, los animales juegan sin la necesidad de que el hombre les haya enseñado a hacerlo. Todos jugamos, a toda edad, en todos los rincones del mundo, de muchas maneras diferentes… ¡Es esencial para nuestra vida!

Cada 28 de mayo desde 1987, gracias a la iniciativa de la Asociación Internacional de Ludotecas (ITLA), se conmemora el Día Internacional del Juego con el objetivo de recordar que el JUEGO ES UN DERECHO. Así lo expresa el Art. 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño: «el derecho del niño al descanso y al esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultura y en las artes».

Y gracias a que es un derecho, porque es fundamental para nuestra vida, que TODOS tenemos la posibilidad de jugar. Porque el juego es un estado, que nos da la posibilidad de elegir con qué prisma queremos abordar la vida. Un estado lúdico nos permite imaginar un escenario, sumergirnos en historias y fantasías, nos permite ser creativos, probar, ensayar, equivocarnos y volver a intentar. Cuando jugamos somos espontáneos, a través del juego manifestamos y expresamos nuestras emociones… El juego nos divierte, y por sobre todo es uno de los motores de aprendizaje más potentes, gracias a su posibilidad de inmersión dentro de un contexto que nos entretiene.

El juego despierta nuestra creatividad, dado que no existen riesgos reales nos da mayor libertad para desempeñarnos, para animarnos a generar posibilidades, para probar múltiples variables, para desarrollar la comunicación, la negociación, el pensamiento crítico, la toma de decisiones, los límites, forjar la autoestima, ayuda a desarrollar nuestras habilidades sociales, la empatía… La neurociencia indica que nada estimula el cerebro como jugar… Si además jugamos con el cuerpo, ponemos todos nuestros sentidos a disposición de un aprendizaje aún más enriquecedor.

Y como el juego no se explica, se juega… ¿A QUÉ VAS A JUGAR TÚ HOY?

¿Cuál es aquel juego que tanto te gustaba jugar, tal vez en tu infancia, o tal vez de adulto, que dejaste un poco olvidado…? ¡Hoy es un buen día para traerlo de nuevo! Te animo a ello, a ver la calle como un gran escenario, un gran tablero de juego, donde puedas convertir cualquiera de tus actividades cotidianas, en un juego. E involucra a otras personas, ¡el mundo necesita que juguemos más!

Al final de la jornada, te invito a una pequeña observación: siente la sonrisa de tu rostro. Y recuerda que esa es la alegría que contagiaste a otras personas.

Que tengas un Feliz Día de Juego.

Jorgelina